El codo de tenista, o epicondilitis lateral, es una dolencia que aparece cuando los tendones del codo se sobrecargan y se inflaman, o bien sufren un microdesgarro, provocando dolor en el lado externo y lateral de la parte superior de nuestro brazo, encima del codo.

La articulación del codo, unida por músculos, ligamentos y tendones, se compone de:

  • Húmero o hueso de la parte superior del brazo.
  • Múltiples protuberancias óseas bajo el húmero, llamadas epicóndilos, donde varios músculos del antebrazo empiezan su trazado hasta la muñeca. La protuberancia ósea de la parte externa del codo es el epicóndilo lateral.
  • Dos huesos entre el codo y la muñeca (el antebrazo): el radio y el cúbito.

El codo de tenista afecta a los músculos y tendones del antebrazo, generalmente al llamado extensor radial corto del carpo (ECRB).

 

¿Qué produce los síntomas del ‘codo de tenista’?

 

El motivo por el que padecemos el dolor del codo de tenista es que los músculos del antebrazo, y los tendones del codo, se han dañado por alguna contracción repetida o movimientos constantes de muñeca y brazo.

Esta presión sobre los tejidos causa un dolor que se extiende hasta la muñeca.

Los juegos de raqueta, especialmente el golpe de revés repetido y sin técnica, son una de sus causas. Pero hay otras profesiones que también realizan estos movimientos repetitivos, como: pintores, carniceros, carpinteros, cocineros, fontaneros, mecánicos, obreros de la construcción o profesiones que requieren el uso continuado del ratón y el teclado.

Cuando el codo de tenista aparece sin estos movimientos, se le llama: lesión idiopática o de causa desconocida.

Su sintomatología aparece gradualmente, con el paso de los días, empezando en la parte externa del codo, de ahí al antebrazo, la muñeca y el dorso de la mano, causando debilidad, sobre todo en nuestro brazo dominante.

 

Tratamiento para los síntomas del ‘codo de tenista’

 

Normalmente, el tratamiento del codo de tenista se basa en autocuidados:

  • Dar descanso al brazo entre dos y tres semanas, evitando los movimientos que provocan la sintomatología.
  • Para calmar y bajar la inflamación, aplicar hielo o paños fríos quince minutos, dos o tres veces al día, o usar paracetamol o antiinflamatorios no esteroides (AINE).
  • Comprar un brazalete de contrafuerte, o codera, en la farmacia, para que nuestros músculos y tendones del antebrazo descansen.
  • Si se debe al deporte, revisemos nuestro equipo deportivo y adecuémoslo, cambiemos la técnica, evitemos movimientos repetitivos de la muñeca y disminuyamos las veces que practicamos.
  • Si se debe al trabajo, realicemos o solicitemos los cambios que sean necesarios para solucionar el problema.

 

Ejercicios sencillos para prevenir el codo de tenista

 

Acudir a un fisioterapeuta nos ayudará a estirar y fortalecer los músculos del antebrazo, pero hay algunos ejercicios para el codo de tenista que podemos hacerlos en casa, sentados en una silla y con la espalda bien apoyada en el respaldo:

  • Empuñadura simple: elevamos los brazos rectos hasta la altura del pecho y cerramos los puños con fuerza entre cinco y siete segundos, relajamos el mismo tiempo. Diez veces con cada mano.
  • Extensión de la muñeca con banda elástica: apoyamos el antebrazo en una superficie lisa y, con la palma de la mano hacia abajo, subimos la mano contra la resistencia de la banda elástica. De cinco a siete segundos y volvemos a la posición inicial, tres series de diez repeticiones por mano.
  • Flexión de la muñeca con banda elástica: apoyamos el antebrazo en una superficie lisa y, con la palma de la mano hacia arriba, subimos la mano contra la resistencia de la banda elástica. De cinco a siete segundos y volvemos a la posición inicial, diez repeticiones por cada mano.
  • Estiramientos epicondíleos: elevamos los brazos rectos hasta la altura del pecho, con la palma de la mano hacia abajo. Con la otra mano, empujamos el dorso hacia abajo hasta notar tirantez. Treinta segundos y volvemos a la posición inicial, tres veces por cada mano.
  • Estiramientos epitrocleares: elevamos los brazos rectos, hasta la altura del pecho, con la palma de la mano hacia arriba. Con la otra mano, empujamos la palma hacia abajo hasta notar tirantez. Treinta segundos y volvemos a la posición inicial, tres veces por cada mano.