Uno de los artículos más importantes y necesarios para el correcto crecimiento del bebé es el biberón que, hasta su primer año de vida, será el único utensilio que usará para alimentarse.

Cuando el pequeño cumpla seis meses, y hasta su primer año de vida, el pediatra nos recomendará que empiece a despegarse del biberón y aprenda a usar tazas y vasos, para evitar futuros problemas bucodentales como caries, malformaciones o debilidad maxilar.

 

¿Qué tener en cuenta para priorizar un biberón?

 

Primero hay que considerar si su biberón necesita más higiene de la habitual, pues lo más adecuado en ese caso son biberones de vidrio. Si el pequeño sufre cólicos o sufre reflujo, usará biberones anticólicos y antirreflujo.

El biberón debe lavarse y desinfectarse tras cada toma, para evitar microorganismos que causen infecciones en el aparato digestivo del pequeño. Podemos usar:

  • Agua caliente, detergente y cepillos limpia biberones: no usemos trapos para secarlos o traspasaremos microorganismos al biberón; existen escurridores para biberones con este propósito.
  • Introducirlos en el lavavajillas: si salen llenos de agua, o con restos de comida, nos tocará lavarlos a mano y eliminar los restos.
  • Esterilizarlos: imprescindible cuando son prematuros o recién nacidos. Podemos introducirlos en agua hirviendo 15 o 20 minutos, usar esterilizadores de vapor, eléctricos o para microondas, o podemos esterilizarlos en frío, con sustancias químicas que se diluyen en agua, en cuyo caso se aconseja hervir los biberones con agua y vinagre, de tanto en cuando.

El siguiente paso es valorar la edad del bebé:

  • Para un recién nacido, suelen usarse biberones de 150ml y anticólicos.
  • Una vez cumplidos los seis meses, el tamaño varía entre los 150 y los 240ml.
  • A partir de los 12 meses, suelen usarse tamaños entre los 340 y los 360ml.

Acto seguido, tengamos en cuenta el apetito del pequeño:

  • Hay bebés que consumen pequeñas cantidades en cada ración, aumentando el número de tomas que hacen al día.
  • Otros, son más comilones y reclaman biberones de mayor tamaño.

Finalmente, pensemos en la comodidad, tanto del bebé como de los padres:

  • Si el bebé aun no puede sujetar el biberón, lo más indicado es escoger biberones cómodos para los padres.
  • Cuando el pequeño ya coja el biberón solito, será el momento de escoger un formato con el que el pequeño se sienta a gusto.

Tipos de biberones y sus diferencias

 

Todos los biberones constan de cuatro piezas principales: bote, tetina, rosca y tapa.

Las tetinas serán la siguiente pieza a tener en cuenta. Pero, primero analicemos los botes, que podemos clasificarlos por:

Material:

  • Polipropileno: los más demandados por la ausencia de bisfenol A (BPA), la existencia de esterilizadores exclusivos para ellos, su mayor seguridad y su menor peso. Pero pueden agarrar olores y estropearse cuando se calientan demasiado.
  • Silicona: libres de bisfenol A (BPA) y resistentes a altas temperaturas y caídas. Pero son propensos a rayaduras y a absorber olores.
  • Vidrio: fácil de limpiar y desinfectar, no traspasan sustancias al contenido, se pueden calentar a altas temperaturas y no atrapan olores. Pero si se caen, pueden romperse y su peso impide a los bebés cogerlos sin ayuda.
  • Acero inoxidable: los menos usados porque, aunque son irrompibles, su material opaco nos impide ver el interior del biberón.

Tamaño:

  • De 60 a 150 ml: idóneo para recién nacidos que aún no saben sujetar el biberón solos; muy prácticos para realizar desplazamientos cortos.
  • De 150 a 260ml: se adaptan a la alimentación de bebés entre 3 y 9 meses.
  • De 260 a 360ml: ideal para los requisitos de bebés mayores de 9 meses.

Forma:

  • Clásico: con forma cilíndrica y las funciones básicas de un biberón; se adaptan bien a todos los usos.
  • Ergonómico: de forma ergonómica para que pueda sujetarse cómodamente, por los padres y por el bebé.
  • Anchos: de forma triangular o cilíndrica y cuello ancho, para facilitar mezclas, el vertido de contenido y el proceso de limpieza.
  • Anticólicos y antirreflujo: con forma curva y válvula que impide a los bebés tragar aire durante las tomas.

 

¿Cuántos biberones necesito y cuándo renovarlos?

 

Si el pequeño se alimenta exclusivamente de biberón usará, al menos, dos para sus tomas diarias, uno de reserva, otro para el agua y dos más para medicamentos.

Cuando amamanten necesitarán, al menos, dos biberones para leche, agua y medicinas.

A los seis meses, ya pueden empezar a beber agua. En ese momento, podemos usar los mismos biberones o bien comprar un biberón específico para el agua, con válvula antiderrame.

Cuando el plástico o vidrio se raye, desgaste o agriete, hay que reemplazarlos.

Hoy día, existen packs que incluyen varios biberones a un precio muy asequible y, en ocasiones, acompañados por utensilios prácticos.

También podemos recurrir a calienta biberones, que preparan el biberón a la temperatura exacta y la mantienen, para que no pierda propiedades nutricionales. Los hay de muy rápidos, portátiles, aptos para cualquier marca (universales) y los que, además de calentar, esterilizan.